Pensé en la tarde
cuando los muchachos
se laven,
canten,
coman,
levanten una copa de vino
en honor del amor
y de la vida,
y a la puerta
esperando
la bicicleta inmóvil
porque sólo
de movimiento
fue su alma
y allí caída
no es insecto
transparente que recorre el verano,
sino esqueleto frío
que sólo recupera
un cuerpo errante
con la urgencia
y la luz,
con la resurrección
de cada día.
ODA A LA BICICLETA (Fragmento) PABLO NERUDA
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